DE NUEVO HELARTE II

La exposición estrella del momento en el MACBA es la de Lothar Baumgarten. Varias series de fotografías en blanco y negro: trenes y estaciones vacías, con la ausencia del ser humano; vegetación y rocas de zona semidesértica. Una fijación por las rocas que se traslada a la sala anexa del Convent dels Àngels, en donde una vez más se demuestra que un espacio bello no siempre sirve para albergar (según qué tipo de) arte.

Subo un piso más y me encuentro con Asier Mendizábal. Bueno… aquí el soporte es la estrella. Grandes planchas de conglomerado sujetas con barras metálicas, sin más inscripción, adorno o pintura. Dos fotografías a color de dos ciudades del País Vasco. Dos espejos serigrafiados como si fueran dos pósters de cine de la película Hors d’État (Sin estado), un video de una charanga tocando por una calle desierta. Una instalación sonora consistente en unas alfombras hexagonales rojas sobre moqueta negra y dos altavoces que reproducen un redoble de tambor. No leí la hoja explicativa así que salí helado.

En la misma planta Alice Creicher nos propone una reflexión sobre la fuerza de trabajo de las mujeres. Trajes colgados en un perchero, con cintas cosidas con mensajes, recortes de prensa prendidos con alfileres, iconos de papel representando a las trabajadoras, dibujos y mensajes bordados sobre la tela. Otra instalación que muestra la infinita paciencia de la autora para recortar siluetas de peces, círculos concéntricos, una representación en cartón de lo que podría ser una cámara de fotos de placa, recortes de papel y (malos) dibujos pegados en las paredes. Algunas proyecciones, de las que destaco la frase:

En una jaula se vive en cierto modo una felicidad estadística

Y esta otra sobre una pared acompañando a una de las películas:

Queridos, no podéis imaginar cuán hermoso es esto. A primera hora de la mañana me tumbo en una toalla sobre la arena, que es como espuma. Podría dejarme llevar, como si me hallara en una balsa. De pronto, sin embargo he advertido que esto tendría el efecto de una reducción en mi vida; para ser más exactos, una reducción a una raya de tinta azul, a un guión, a una nada, vamos. En seguida me he buscado una ocupación. Observo el nivel del mar y cuento las impurezas de su horizonte.

Ves, siempre se saca algo de una exposición. Esas dos frases ya han valido la pena.

Bajo por la rampa (los cristales de la fachada cubiertos de triángulos cyan-magenta-amarillo, seguro que con sol frontal son una pasada sus transparencias en las paredes blancas), me enchufo otra vez a Depeche Mode y como no tengo bastante (just can’t get enough, just can’t get enough) antes de marchar decido visitar las nuevas adquisiciones de la col.lecció del Museu. Ya sé de qué van esas adquisiciones, porque una parte de lo que compra el MACBA te lo podrías encontrar por la calle y no prestarle atención (qué malo soy a veces). Aparte de un mini Chillida observo que no hay grandes sorpresas, pero voy a destacar tres: La película Freak Orlando (1981) de Ulrike Ottiger que me gustaría ver con más detenimiento pues sólo vi un par de escenas y parecía una cosa divertida. Una instalación de Eulàlia Valldosera titulada Envasos: el culte a la mare, en la que la artista trabaja con envases de productos de limpieza que giran sobre tocadiscos y proyecciones de luz que producen unas sombras juguetonas en las paredes. Creo que ya había visto una exposición de esta mujer en la que mostraba también envases en estanterías y carteles con imágenes de ¡envases! Al menos, coherencia.

Y la traca antes de acabar: el señor Antoni Llena. No tengo palabras para describir lo que el Museu ha adquirido de este artista (y ya van 28 obras suyas en la colección si no he leído mal). Hay que verlo. Tiras de papel, maderitas, grapas, papeles arrugados, un folio manchado al que le ha recortado una esquina. No name, de verdad.

Y ya me despido, con una sonrisa, tan linda como la que me dedicó el barbitas de las entradas cuando salía del templo blanco. Y volveré, porque nunca tengo suficiente.

fotos macba.es