SIETEVIDASTIENEELGATO

BARCELONA CIUTAT A CRITS
Vivir en el centro de una ciudad como Barcelona tiene muchas ventajas, pero también su lista de inconvenientes:
+apartamentos de alquiler para guiris con fiestas casi diarias (Hum).
+patios de vecinos muy estrchos y con una sonoridad que ya quisiera el Auditori (consolas, teles con home cinema, vecinos frikis que nos deleitan con rock californiano del pleistoceno a 200Wats)
+tiendas de ropa y zapatos con la musica a todo trapo (normalmente house malo o triunfitos).
+hordas de guiris despistados ahumados de sangria chunga que salen de los bares y no saben ni donde están pero gritan y cantan para ver si encuentran una pista que les lleve a dormir la mona.
+titiriteros que saben tocar "a las barricadas" con su flautilla.
+el fragor de los coches.
+el ulular de sirenas de policía y ambulancias.
+remodelaciones y reparaciones en los pisos vecinos.

Un entorno idílico que, a veces, cuando estás inspirao o desesperao te lleva a componer poemas. Por no ponerte a pegar bocinazos con un espray de esos del fútbol.
Esa es más o menos la historia de lo que viene a continuación.


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(Silencios)

Hay silencios como losas,
como oscuros túneles,
silencios rotos, silencios forzados,
silencios de motor,
silencios de momento.

Hay silencios vergonzosos,
silencios vergonzantes
y otros avergonzados.

Hay silencios violentos
y silencios quebradizos,
silencios expectantes
silencios mutilados,
silencios de montaña, de amanecer,
delegados.

Hay silencios que se buscan.

Hay silencios ya borrados.

Hay silencios imposibles.

Hay silencio deseado.