13/8/11

LEED, MALDITOS 7

Reedición

HOMBRES DE AHORA Cap 7

Media hora más tarde. Interior de la disco. Juaqui está alucinando con los cuerpos de los chicos. No hace más que comparar bíceps, tríceps, pectorales y camisetas, a cada cual más llamativa y ceñida. Un proceso que su amigo hizo una semana antes que él. Va ya por su sexto vodka redbull desde que empezaran la noche en el barrio. Ha bailado junto a Pedro y el amigo calladito. Ha estado charlando con ellos y con otros tíos conocidos de ellos. La verdad es que se siente cómodo. En un momento en el que decide ir al baño a vaciar algo del vodka que ha tomado, pasa junto a la zona más oscura del local. Pensando que los baños estarían allí, entra. Pero como no ve absolutamente nada, recula, le pregunta a un tipo que estaba cerca dónde estaban los lavabos. Los encuentra y se dispone a orinar cuando empieza a oír gemidos y bufidos que llegan de uno de los cubículos. “Joer que bien se lo monta esta gente” piensa Juaqui. Mientras mea no puede evitar pensar en lo que debe estar pasando en el interior del váter. Y, la verdad debe ser dicha, nota que se le empieza a poner morcillona.


Al salir de los lavabos se encuentra al tipo al que había preguntado antes. Éste le guiña un ojo y se dirige hacia la zona oscura. Juaqui, igual que su amigo la semana anterior, piensa que el tipo le va a ofrecer algo químico. Así que le sigue, entra en las tinieblas, no ve nada, se arrima a una pared, busca la silueta del otro, cree distinguirla, se le acerca y el otro le echa mano a la cintura.

“Eh, tío qué haces, que yo no…” No tiene tiempo de decir más. La boca del otro tapa la suya y las manos del extraño se dirigen hacia sus pectorales, los acarician, bajan de nuevo, le pasan sobre el paquete, que no está flaccido precisamente, y se toman la libertad de desabrocharle los botones. Juaqui no dice ni hace nada de momento pero en pocos segundos empieza a acariciar los brazos fuertes del desconocido.





***
Una hora antes. En el coche de la chica. Tras varios besos apasionados y arrancar el motor, una precisión.

“Oye, Antonio, que lo que te dije antes era verdad y además quiero decirte que no me gustan los rollos de una noche. Me fijé en ti desde el primer momento y pensé que parecías un tipo del que me podría enamorar”.

El amigo de Juaqui no se lo puede creer. A ver si va a ser ésta una de esas que le dice el Juaqui que se tencoñan. Pero la chica le gusta de verdad y está decidido a seguirle la corriente. Al menos hasta mañana por la mañana. Luego, ya se verá.

2 comentarios:

tecla dijo...

Esto de Leed Malditos promete y me me lo tendré que leer con calma uno por uno porque promete y te explicas de una manera muy tuya que parece que te siento hablar. Lo haré cuando pasen las vacaciones que ahora ando mu ocupá, y con un trasiego de ir y venir que pa qué, pero tengo unas ganas locas de charlar un rato contigo. Y ante todo leérmelo. Me apetece hacerlo.
Antes o después será. Te lo prometo.
Te abrazo con toda mi energía.

Uno dijo...

Me pregunto si el que se lo ha montado con el Juaqui será uno de esos adictos a Benedicto qiue teneis estos días por Barcelona.
Pero claro como no me has querido decir donde me encuentro con todos estos...

Un abrazo

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