Quizás todo empieza por no comer nada desde que me levanto hasta las once. Una tontería como un tren de mercancías que cometo muchos días y que no trae buenas consecuencias.
Llego al trabajo, hago unas llamadas porque creemos que una mami nos está haciendo la pirula no trayendo a su hijo a clase o haciéndolo a la hora a la que a ella le viene bien, luego me cuentan que ayer por la tarde encontraron en el buzón una bolsa chorreante con diarrea y lentejas, un tetrabrik de leche vacío y un condón usado- el segundo de esta semana. Y Grissom comunicando toda la mañana.
Me enfrento a una clase movidita de niños de ocho años que necesitan verte enfadado para frenar. Vigilancia de patio, una hora de preparación de la que he usado tres ratos para buscar las gafas que no veía desde el lunes por la tarde y que han aparecido a las tres y media enmarañadas en el cable de la cámara de video, justo encima de mi mesa.
He dedicado un rato del mediodía a quitar hierbas del jardín, a cortar menta que está que se sale y que me ha dejado las manos y la camisa impregnadas de olor fresco. Eso me ha dado algo de paz. He escrito varios correos, hecho otras llamadas. He buscado un libro que me pedían unos compañeros y lo he encontrado allí donde lo dejé hace dos días, también: En una cesta que hay en el almacén. Momentos Memento. Si tu memoria no da para mucho, reconstruye, chico reconstruye. Comentamos en la sla de profes las caras de Rajoy en la prensa, su sabia y ofensiva oposición, el notición de que todos los niños van a tener su portátil para chatear, quiero decir estudiar.
Cuando he bajado a comer estaba con la cabeza como obnubilada, con hambre pero sin ganas de comer. Luego en las clases de la tarde ha ido todo bien aunque he salido con un dolor de cabeza a punto de caramelo.
Y cuando llego a casa, después de mis minutos de lectura en el metro, el dolor empezaba a ser ya un chupa chup. Ibuprofeno al canto y un poco de reposo de sofá.
Me lee mi niño el titular de la noticia de que en Italia se puede matar por celos y no está mal visto y me informa que ha muerto Pepa, una conocida a la que diagnosticaron cáncer y ya se le acabó el tiempo. Un abrazo fuerte, Pepa.
Y todavía falta mes y medio para que acabe el curso. Ni siquiera sé si ésto se entiende. Estoy fatal de lo mío. Siempre puedo echar la culpa a las bajas presiones.
Llego al trabajo, hago unas llamadas porque creemos que una mami nos está haciendo la pirula no trayendo a su hijo a clase o haciéndolo a la hora a la que a ella le viene bien, luego me cuentan que ayer por la tarde encontraron en el buzón una bolsa chorreante con diarrea y lentejas, un tetrabrik de leche vacío y un condón usado- el segundo de esta semana. Y Grissom comunicando toda la mañana.
Me enfrento a una clase movidita de niños de ocho años que necesitan verte enfadado para frenar. Vigilancia de patio, una hora de preparación de la que he usado tres ratos para buscar las gafas que no veía desde el lunes por la tarde y que han aparecido a las tres y media enmarañadas en el cable de la cámara de video, justo encima de mi mesa.
He dedicado un rato del mediodía a quitar hierbas del jardín, a cortar menta que está que se sale y que me ha dejado las manos y la camisa impregnadas de olor fresco. Eso me ha dado algo de paz. He escrito varios correos, hecho otras llamadas. He buscado un libro que me pedían unos compañeros y lo he encontrado allí donde lo dejé hace dos días, también: En una cesta que hay en el almacén. Momentos Memento. Si tu memoria no da para mucho, reconstruye, chico reconstruye. Comentamos en la sla de profes las caras de Rajoy en la prensa, su sabia y ofensiva oposición, el notición de que todos los niños van a tener su portátil para chatear, quiero decir estudiar.
Cuando he bajado a comer estaba con la cabeza como obnubilada, con hambre pero sin ganas de comer. Luego en las clases de la tarde ha ido todo bien aunque he salido con un dolor de cabeza a punto de caramelo.
Y cuando llego a casa, después de mis minutos de lectura en el metro, el dolor empezaba a ser ya un chupa chup. Ibuprofeno al canto y un poco de reposo de sofá.
Me lee mi niño el titular de la noticia de que en Italia se puede matar por celos y no está mal visto y me informa que ha muerto Pepa, una conocida a la que diagnosticaron cáncer y ya se le acabó el tiempo. Un abrazo fuerte, Pepa.
Y todavía falta mes y medio para que acabe el curso. Ni siquiera sé si ésto se entiende. Estoy fatal de lo mío. Siempre puedo echar la culpa a las bajas presiones.
6 comentarios:
Que no se te olvide respirar.
Ay shysh mío, que me duele la cabeza de tan sólo escucharte.
Nunca sabemos donde ponemos las cosas.
Siempre con la cabeza en otra parte.
Tengo ganas de verte con gafas.
Las mías ya no me las quito, pero estoy encantada.
De siempre he querido llevar gafas.
La verdad es que hay días en que amanece uno como atontolinao.
Seguro que es el día.
A lo mejor lo que te pasa es que se te han enfadado las meninges por mirar a Rajoy
Ascotíooyes. Soloquieremandarel.
psssss, nada de particular, una jornada de lo más normal. Ahora bien, no acabo de entender lo de los niños de ocho años y el condón, algo no está en su sitio.
Detrás de un día o varios malos vienen otros mejores. Yo he tenido un día para olvidar, bueno todavía no ha terminado, tal vez mejore.
¡Un abrazo!
MIGUEL
Alguien necesita unas vacaciones y no quiero señalar... :)
Sólo queda mes y medio para que acaben las clases ¿Ves? Todo es cuestión del punto de vista...
Besos
ya veras q detras de este dia comienza otro bueno,te lo digo yo
besitosssss
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