Desde que empezamos las gestiones para alquilar una casa para el verano, allá por los noviembres del año pasado, muchas han sido las vueltas que ha dado la rueda de la fortuna y de la búsqueda por internet para acabar en esta granja con caractère en la que hemos ido a parar (véase post anterior). Resulta ser la primera casa que habíamos mirado de entre las que Mabs había seleccionado. Luego la habíamos desestimado por encontrarse demasiado lejos de Barcelona. Y mire usted por donde es donde nos encontramos y tan mal mal estamos, que estamos encantados.
El viaje hasta aquí es largo pero no pesado. Cuando veíamos las colas que había de entrada a España, todos en busca del turismo mogollónico y con sol asegurado, nosotros nos reíamos yendo en dirección contraria. Cuando veíamos las colas en dirección Mediterráneo, nosotros encantados de ir en dirección al Atlántico.
Encantados igualmente al salir de la autopista. Ya se sabe que los pueblos franceses tienen encanto, cada uno el suyo, la gran mayoría lo tiene. En cada pueblo que hemos pasado nuestras exclamaciones de mira-aquí-mira-allá no han cesado. Y al llegar a los ríos a mí, personalmente, la emoción me embarga.
Extasiado ante la grandeza del río
¿Por qué razón en nuestro territorio los ríos no tienen ni el caudal ni la belleza que tienen en Francia?¿Por qué no se les da el uso lúdico que tienen aquí? Las ciudades, pueblos y lugares habitados en las orillas de los ríos poseen un encanto especial, dado no sólo por el río sino también por el carácter genuino de las construcciones, porque los franceses saben y han sabido conservar el patrimonio arquitectónico tanto monumental como popular de esa manera que les hace tener un país especial. Un pueblo siempre es un pueblo, pero aquí es un pueblo encantador, limpio, auténtico, bien conservado y lindo.
Limeuil es uno de ellos. Todas las construcciones, las más antiguas y las nuevas, las mejor conservadas y las más auténticas son dignas de admirar. Todas se parecen, todas son diferentes. Las calles de piedra que llevan a la cima del montículo donde se enclava el pueblo son un continuo de esas casas admirables. Algunos pequeños talleres de artesanos y artistas, un solo restaurante, jardines, vistas encantadoras sobre la confluencia de los ríos Vézere y Dordogne, ambos con sus puentes gemelos de piedra. En lo alto un jardín botánico con mirador y que no hemos visitado. La parte baja del lugar, en la orilla de los ríos, acoge un mercado de productos alimentarios autóctonos, unos cuantos comercios, un bar con terraza sobre “la playa”, un restaurante y una estación de alquiler de canoas.
Limeuil
Un pescador lanza su caña al agua mientras una pareja de patos pasa junto a él. Dos niños juegan en la orilla con una red de mango a intentar pescar algo. Una pareja toma su almuerzo a la sombra de los grandes árboles que hay unos metros más allá. Una familia pasa la mañana del domingo bajo una pérgola elevada, en un jardín público, disfrutando de su comida, su vino y de las vistas de los ríos. El turismo de masas está lejos de aquí.
4 comentarios:
pero que chulada i que enbidia de la mala!!!! de turismos de masas, querido, hestamos nosotras asta los mismisimos. tu no saves lo que hes vocachica hun domingo!!!!
lo dicho, te enbidiamos (i ailoviamos) sinzera i pofundamente
fdo. tus ruvis!
CARI, la verdad es que suena todo muy bucólico... Parece que Francia es muy cuidada y limpia, pero luego tienen fama de guarros no? aunque supongo que es el típico tópicazo....
Hombre, lo de los rios, pues se contesta solo, cari... ¿pq España no los tiene? ejem ejem.... Claro que si no los tenemos malamente los podemos habilitar para disfrutarlos, no? me parece que aqui en Ferrol no pudeo hacer una embarcadero y una playa en el rio local que se llama (ya te aviso) "Rio del Tronco" jajaja Ya te imaginas el ancho.
Bezos, anda.
P.d. Yo lo que no entiendo es porque los calvos orgullosos se tapan la calva con una visera, que como todo le mundo sabe es mas propia de surfeiros, jajaja
Jo, qué bonico :D
Las fotos son buenísimas... está claro que los franceses cuidan mucho de sí mismos.. sólo hay que ver los dos coches aparcados frente a las increíbles casas de Limeuil: Peugeot y Renault XD
Un abrazo enorme... gracias por descubrirme otro trocito de mundo :)
Jo, se me ha hecho la boca agua!!!!
Yo quierooooo!!!!
Es que los sitios de mucho turismo han perdido por el camino el encanto.
Por eso en cierta manera me gusta Galicia como es, aunque cada año venga más y más gente en verano, y ya la construcción descontrolada haya hecho presa en algún pueblo costero...
Salu2 y me encanta que te guste mi nuevo aspecto, jejeje
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