SIETEVIDASTIENEELGATO

REGRESO AL TRABAJO
(ya Ruvis, ya)

Llevo días yendo a trabajar de manera intermitente tras muchos meses de estar de baja laboral. El jueves próximo empiezo en serio y a tiempo completo. Recuperado ya de la crisis de ansiedad y estres que he padecido, lo que los técnicos llaman "sindrome de burn out", en roman paladino, maestro más quemao que el palo de un churrero. Increible y emotiva ha sido la respuesta de los alumnos al verme: Abrazos, achuchones, besos, ¿cuando vuelves?, ¿ ya estas bien?, ¿pero te quedarás ya para siempre? Les he echado de menos, sí. Pero creo que me ha ido muy bien descansar después de 26 años de ejercicio.
El elemento de más discordia, la actitud de algunos padres y madres, sigue ahí, pero tengo entendido (aunque no del todo aprendido) que debo pasar de ellos. Sólo como muestra puedo explicar una anécdota de esas que desinflan hasta un dirigible:
Me cuentan que esta mañana se ha presentado una mamá a preguntar a una compañera mía qué ha pasado con la receta que trajo la mamá de la mamá ayer. Mi compañera le ha dicho que la colgó con una pinza en el calendario, pero que había desaparecido. La mamá se ha quejado que la receta era muy importante como para perderla y en seguida se fue a hablar con la directora, que no sabía nada del asunto. La mamá estuvo muy dócil y lloriqueando, que ahora qué podía hacer sin la receta. La directora le ha dicho que lo más fácil, si no aparecía hoy, era volver al médico a por otra. La mamá se fue del despacho y se paró con la conserje y le dice entre otras lindezas que la maestra de su niño era una inepta y que siempre lo había sido, que con la edad que tiene ya podría ser más responsable. La conserje lo ha explicado a la directora y la dire ha llamado al móvil de la mamá, sin respuesta, al del papá (no sabía nada del asunto) y a casa de la família. La mamá de la mamá- recuerden que fue ella quien dejó la receta a la maestra para que como favor se la diera a la mamá por la tarde ( usó a la maestra de mensajera, vaya)- ha dicho a la directora que no tenía tanta importancia.
Por la tarde, a la hora de salir, la mamá de la mamá ha estado hablando con la directora, quien le ha contado la conversación mantenida por su hija con la conserje y la mamá de la mamá ha pedido perdón, que su hija se pone muy nerviosa, que por favor no se lo tuvieran en cuenta. Luego esta señora ha pedido disculpas a la maestra. Y SE HA IDO SIN LA RECETA, QUE HABÍA APARECIDO A MEDIO DÍA EN UN CAJÓN DE LIBROS, escondida por quien sea que la descolgó.Entre 24 niños, ya se sabe. Si tan importante era, ¿por qué se la han olvidado? Imaginas el trasiego de llamadas, el mal cuerpo de unas y la poca vergüenza de la otra? Pues de esas nimiedades están los días de un maestro llenos.
Y mi vaso se llenó y ahora reempiezo de cero, pero preparado para cualquier eventualidad que surja de la ineptitud de unos seres humanos que tienen hijos porque la naturaleza los da gratis. El maestro siempre es culpable, hasta que se demuestre lo contrario.