Pequeños naufragios urbanos.
Pequeños naufrag(i)os humanos.
La chica que
se maquilla (base, pestañas, colorete, labios, brillo) en el vagón del metro a
las 8:30 de la mañana.
La madre que
en ese mismo vagón lee un cuento en voz alta a su hija.
En el bus
L95, el chaval que abre su mochila, saca de ella una bolsa de plástico, la
abre, saca de ella una fiambrera de plástico, la abre y con un tenedor también
de plástico se zampa un platazo de macarrones con ketchup. A continuación, se echa una partida de Candy
Crush.
El hombre
maduro que asiste a todas las actividades formativas que organiza un museo.
La mujer que
increpa a todas las personas que esperan en una parada de autobús y tras
incomodarlas cruza la calle al borde de suicidarse contra un taxi.
La niña que
se esconde tras una columna en el patio del colegio. No reclama a nadie. Nadie
la reclama.
Los muchachos
que alargan su estancia en el parque hasta después del cierre. No tienen a
dónde ir.
El hombre
maduro que asiste a todas las actividades festivas que organiza un museo.
La persona
tímida que acude a una fiesta y, al marchar, cuenta con los dedos de una mano
las palabras que ha cruzado con las otras asistentes a la celebración.
foto elshysh, 2012
2 comentarios:
El bloguero irredento que sigue buscando en la web pequeñas ideas estimulantes.
Releo esto hoy y me doy mucha rabia por no haber tenido la deferencia de contestar a su creativo comentario. Las formas se han perdido, amigo.
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