Le voilà. Allan, el colega de Ken que puede ponerse toda la ropita del novio de Barbie. Véase la pose en la ilustración de la caja. Subliminal?
Mientras, no lejos de allí, Barbie da rienda suelta a sus pulsiones más intensas sin perder su sonrisa ni despeinarse lo más mínimo.
(Con un saludo para quien hace las vitrinas del bar La Penúltima).
1 comentario:
Vi esta entrada y pedí un Alan a los reyes pero no me lo han traido. ¡Qué falso es todo!
Un abrazo
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