El pasado fin de semana estuvimos en Madrid. Bueno, en un trocito de Madrid. No tuvimos más tiempo ni la temperatura era como para andar haciendo kilómetros. Qué calorazo.
Así empieza una crónica negativista. La visión del vaso casi vacío característica de este huevón que escribe.
No importa que fuéramos invitados, en avión, a un hotel de cágate lorito, que pudiéramos ver a Euge y David, que cenáramos en un bonito restaurante de fusión italo-latin-oriental, ni que después consiguiéramos mesa en la plaza de Chueca. Ni que visitáramos la expo Los esquizos de Madrid en el Reina Sofía, ni que por fin haya visto el exterior e interior de Caixaforum Mad, ni que luego comiera un bacalao a la portuguesa buenísimo en la plaza de la Platería, ni que paseáramos por esas calles reformadas de manera primorosa, ni que la siesta en el hotel sustituyera a la estancia en la piscina y terraza en donde el calor era asfixiante. Tampoco parece importar(me) que luego nos viniera a recoger un famoso presentador de tv, ni que la fiesta de cumpleaños de una premiada escritora fuera en una casa de quitar el hipo, con invitados políticos e intelectuales con los que ¡oh milagro! conversé, ni el cátering delicioso, los camareros atentos, el jardin de embeleso. Ni que la visita al Botánico del domingo por la mañana estuviera genial y la comida rica en una taberna del Madrid clásico fuera para llenar a una família.
Yo siempre (des)contento. Ole la grasia.
11 comentarios:
Me quedo con la visita al Botánico del domingo por la mañana, aunque más que visita hubiera preferido vistas
Te correría a capones...
MIGUEL
jaja que maricón eres... Ya sé pq no estás contento... ¡Pq no viste a THIAGO! ajajaj Era lo único que te faltaba.
Pues si te digo la verdad eres un puto coñazo y que te aguante tu marido, pq todo lo que hiciste suena de cine, francamente, jajaa
bezos, anda. Esperate que vaya yo a Barcelona, jaja
Lo que ya puestos podías poner un enlace a la escritora, cari, como eres, con lo que me gustan a mi los intelectuales tuberculosos, jajaja
bezos
Barcelona tambien tiene su High standing. Aunque no se si situarlo en Diagonal o de Sant Gervasi no te muevas. Porque Pedralbes es de todo menos divertido jajaja.
Bon estiu!
lulú, las vistas vienen luego. Bienvenida.
Miguel: y no te lo echaría en cara.
Thi Thi. Claro que faltabas tú pero cómo iba yo a saber que estabas con los pelongos en remojo.
TH: del lujo de BCN no me gusta hablar, quye cuando paso por las boutiques me da la risa tonta al ver los precios. Y claro, en BCN no necesito hotel.
?????????, para darte en el DNI
¿Y de qué dices que te quejas?
Los catalanes sois unos llorones incorregibles. vaya complejo de inferioridad, jaja. No hay mas que ver al Presi del Barça ahora llorando pq el Madrid "ficha mas, de modo imperialista" Será mamón..., con lo grandioso que podia ser decir: a mi me es igual, yo a disfrutar del triplete.. En fin siempre os estais quejando de todo, pues lo siento pero Madrid es la polla, jaja
bezos.
Pero si Barcelona tiene unas boutiques que dan risa Shysh!
Valentino. Cada dia cambian escaparate porque se aburren como monos.
Gucci. Lo trasladaron y nadie lo ha vuelto a ubicar.
Louis Vuitton. Vende mas el stand del corte Ingles que la tienda de Passeig de Gracia.
Y el resto son todo ramificaciones de los grandes. Que si Jeans, que si junior que si outlet...
Por suerte Carmen Lomana no ha visto semejante basurero del lujo...
Ay, pocholín mío, que poco comprende la gente el síndrome nsnp (ni siento ni padezco). Primero debo decirte que ciertos agentes externos tienen mucho de culpable y ya notarás la diferencia cuando cambies de régimen. Pero también debo decirte que hay cierto riesgo de que se vuelva medio crónico. Yo estoy intentando que eso no ocurra, pero veremos si la cosa da resultado. El caso es que parece que para no sufrir haya que renunciar a la pasión, que el placer intenso va de la mano del sufrimiento intenso y la única manera de subsistir es vivir en una estable calma chicha. Yo lo noté en Praga. Sé que no soy un muñeco de látex porque me inflé de llorar escuchando el Requiem de Mozart en el delirio barroco de la iglesia de San Andrés, pero ni el atardecer en la orilla del Moldau con mi chorbo al lado me hizo ascender al nirvana. En fin, ya te contaré si consigo superar el síndrome y así la próxima visita podremos vivirla más intensamente, porque yo tampoco me quedé muy contento (de mí mismo). Besitos.
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