KARADJIC EN LA HAYA

Justicia tiene que haber. Las muertes no deben ser calladas. Las voces de los huérfanos, de los padres, hermanas, esposas, tíos, tienen que oírse. Tiene que resonar el clamor de la desesperación, de la pérdida y del dolor. Tienen que retornarle los oídos al asesino serbio. También habría que encontrar la manera de enseñar a sus seguidores que las ideas no justifican ni tantas muertes ni una sola. Ellos han vestido su escenario de azul limpio, se han puesto camisetas del mismo color y han enarbolado banderas para pedir que su lider no sea juzgado, para decir que no es un asesino sino un héroe. Héroes como el no hacen ninguna falta. Héroes como el deberían arder en el infierno, a fuego lento mientras se les obliga a ver un slide show de todas las imagenes de sus fechorías y debería invitarse a los deudos a echar carbón en las hogueras y a aplaudir y disfrutar del espectáculo.