10/10/07

SEXO PRECOZ

Leo en el diario Metro (Catalunya, 10/10/07) una página dedicada a los adolescentes y el sexo y me quedo parado con parte de la siguiente mini entrevista a Elena Crespí, del Institut d’Estudis de la Sexualitat i la Parella y colaboradora del programa de radio “Prohibit als pares”:

P: ¿Cuáles son las preguntas más frecuentes?
R: Sobre todo de chicos y chicas de 14 años. Vemos que la edad de inicio en las relaciones sexuales cada vez baja más, lo cual es preocupante, porque en esta etapa no todo el mundo está preparado.

P: ¿Atendéis también a niños?
R: Sí, es lo más sorprendente. A la radio llaman muchos niños de 10 y 11 años. Hacen consultas sobre la regla, el orgasmo y también las relaciones. Hay niños en esta edad que ya lo han hecho. Pero no es lo habitual.

P: ¿Es normal que no lo cuenten a los padres?
R. Sí, los adolescentes no lo explican todo. Además a muchos padres les da miedo hablar de ello. Lo que es más positivo es que se dirijan al programa Salut i Escola y les oriente una enfermera.

De las 5.500 consultas al programa de Salut i Escola en los últimos tres años, el 73 % las hicieron chicas. Los muchachos o són más tímidos o sigue prevaleciendo entre ellos la información entre iguales. En próximas fechas el Departament de Salut repartirá 400.000 folletos informativos “ A mi también me pasa…¿ y a ti? algunos de los cuales irán dirigidos a la muchachada de 10 y 11 años. El diario también destaca el caso de una joven de 16 años que en un campamento de scouts realizó cuatro o cinco felaciones simultáneas a compañeros de aventura.

Me vienen a la memoria dos libros que leí hace un tiempo. Uno era De los niños nada se sabe de la escritora italiana Simona Vinci y el otro A certain age de Rebbecca Ray. En ambos, muchachos y muchachas preadolescentes son retratados en comportamientos más adultos de los que por edad se les supondría, relacionados con experiencias sexuales entre iguales pero inducidas por un adulto en el caso de De los niños… y con una persona adulta en el del segundo, en este último con conocimiento y visto bueno de los padres de la menor.

No sé qué pensar. Algunas de mis alumnas de siete y ocho años están obsesionadas con la serie Rebelde. Yo no la he visto nunca, pero si estas chicas imitan a esos personajes en vestimenta y actitudes, una vez abandonada la infancia de una manera tan brusca, ¿cómo la van a recuperar?

Fuente Metro edición Barcelona

8 comentarios:

marmotilla dijo...

Aaaaaaaaah!!! Que mi hermanita tiene diez años!!! Aaaaaaaaaaah!!!

Tamaruca dijo...

Madre mía, con lo que me costó a mí estar preparada... Lo más curioso es que nunca me creó ningún problema ser una "tardona" o ser "la última". Lo hice cuando me dio la gana a mí y tan feliz.

Carabiru dijo...

Yo soy de la cofradía de Tam! Dios... 10 años... si yo a esa edad... arf... jugaba con muñecas! ais...

Me quedo rayando con tu última reflexión... y al menos me alegro de haber disfrutado de mi infancia a tope!

ARD dijo...

Hace unos días mi pekeñaja de 12 años y su prima de la misma edad vinieron conmigo a hacer unas compras al super, no se de donde se sacaron de que yo me había quedado completamente sordo, porque los comentarios que hacían de los chicos que estaba por allí creo que no es normal hacerlos en las proximidades de un padre o una madre, comentarios que me hicieron pasar un bochorno enorme, menos mal que no había gente cerca.
Eso si, luego en casa mi compañera y yo nos reimos del asunto, pero ayyyy que se me hace grande mi princesita.
Abrazos

el Shysh dijo...

crecen demasiado rápido, con mucha información y repitiendo estereotipos, a lo que se añade la falta de tabúes. Lo peor es que la infancia es irrecuperable. Ains

Víbora dijo...

¡¡¡A los 10 u 11 años!!!

Voy tarrrde, muy tarrrrde.

Víbora dijo...

Lo mío fue, sinceramente, cuando me dejaron.

Victoria dijo...

Qué fuerte. Dice Carabiru que ella jugaba con muñecas con 10 años... y yo con 16.

Me apena y me preocupa el tema a partes iguales. No sólo por los traumas y problemas que pueden tener niños tan pequeños, que no están ni mucho menos formados en ningún aspecto, sino por la pérdida de la inocencia y la niñez en general de la sociedad.

Todos tenemos que ser supersexys, superseductores y supersensuales las 24 horas. Y los medios ejercen una gran influencia. Cuanto más jóvenes son los modelos, actores y demás figurines, más se les venera.
Me parece que estamos tomando un camino de superficialidad y frivolidad muy difícil de desandar. Horrible, no hay otra palabra.

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