13/12/06

HOMBRES DE AHORA II

Segunda parte de las aventuras del amigo de Juaqui. Pa ponese en antecedentes (no penales), se recomienda la lectura de HOMBRES DE AHORA, en los archivos de Noviembre 06.

ATENCIÓN: DOS ROMBOS:
El contenido de esta ficción puede herir (?????) la sensibilidad (??????) de algun/a lector/a.


Los domingos por la mañana siempre han sío de resaca y apalanque, de desilusión por haber perdío toa la noche del sábado intentando lo que no consigo casi nunca. Pero hoy estoy genial. Joer qué manera de chupar la del cachillas. Después del trabajito que me hizo estuvimos charlando de lo más guays en la barra y el tío era de lo más normal, que no se le notaba, digo. Yo creo que no era ni maric… guey. Estuvimos hablando de las chatis de la disco, del buen rollo que hay allí, de fútbol y de rutinas de gimnasio. Él va a uno de su barrio y dice que está bien, chiquitín y tal pero bien montao y con equipo suficiente. Me gustan sus brazos super definíos y la camisa ceñía que le quedaba que te cagas. Ahora que, la verdá, el Juaqui está más cachas.
Ostia el Juaqui, menos mal que esta semana me toca trabajar de tarde que si no ya me veo teniendo que inventarme algo pa explicarle que me piré sin decirle ná.
Después de comer, el Juaqui me llama al móvil. Por si acaso decido atacar: “Oye tío, ¿qué pasó anoche, que me dejaste colgao?". “Es que la chati se me puso a punto de caramelo en dos bailes”. “Joer pero me podías haber dicho que te pirabas. Amás, ¿no dices tú siempre que no es bueno repetir, que sencoñan?”.” Sí pero es que los revolcones con ésta son de peli porno. ¿Y tú que tal?”.”Pos yo al final me piré con unos que te buscaban”. “Y ¿adonde fuisteis?”. “Por Aribau y eso”. “¿Y qué tal?”. “Hombre, había de tó pero al final ná de ná”.”Bueno pos nos vemos el sábado”. “A lo mejor. Es que quedé con esos que nos llamaríamos”.
Joer, y ahora qué haré. La verdá es que fue tan fácil y el pavo me la comió tan bien que me gustaría repetir en esa disco. Y yo maricón no soy, y ya se sabe que de rodillas no se ven las caras. Pero ¿cómo se lo cuento al Juaqui? Si se lo digo tal cual igual ya no me habla más y eso sería perder una amistá de muchos años. A más, con él aprendo mogollón de cómo entrarles a las tías y de entrenamiento y hasta de cuidarme y de la ropa que se tiene que poner uno. Aunque los tíos de esa disco visten que te cagas y las camisetas les sientan de puta madre. Tendría que enterarme donde se las compran, porque esos estampaos son mu chulos. Jo y las de tirantillos también son guays, sobre tó pa cuando tenga los brazos bien fibraos. Marcan mu bien los pectorales y enseñan tol brazo, que es lo que vende más. Las tienen que vender en alguna tienda especial para ellos.
Joer pero tengo que pensar cómo arreglar las cosas con el Juaqui. Mejor el sábado quedo con él y los otros y que sean ellos los que ojalá digan de ir allí con un poco de suerte y entonces se lo puedo contar que ya habíamos estao con los colegas esos.
Total, cuando estemos en la disco me despisto un momento y al igual me hacen un biberón como el de ayer. Qué bien la comía el tipo aquel. Mejor que ninguna tía y no es que me la hayan comío tantas. La Marina, que era más viciosilla, sí que le daba bien al calipo pero las otras lo chupaban como si fuera un bastoncillo de esos de pan.
Igual me voy a la Harina yo solo el viernes sin decir ná.


Tercera Parte

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